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¿Es OK ORTO-K si me han dicho NO al Lasik por «córnea fina»?
En el post de hoy abordaré una cuestión que nos plantean con frecuencia pacientes a los que les han dicho que tienen la córnea fina o delgada y que se preguntan si pueden utilizar lentes Orto-k.
La respuesta generalmente es afirmativa, aunque voy a aclararlo con un poco de detalle.
La córnea es la primera superficie del ojo, es transparente y presenta una curvatura. Si imaginamos el ojo como un sistema óptico, como un telescopio, la córnea sería la primera parte de éste.
Hecha la aclaración, pasamos a ver cómo afecta la córnea fina a los posibles tratamientos de miopía.
Opciones para mejorar la visión cuando se tiene córnea fina
Cuando pensamos en las técnicas de cirugía para eliminar las dioptrías —es decir, cirugía refractiva—, la técnica más habitual es la llamada LASIK.
En la cirugía LASIK se realizan dos pasos. En el primero se realiza un corte superficial (llamado flap), para luego proceder al tallado de la superficie por medio del láser excimer y así eliminar las dioptrías.
La técnica LASIK «consume» un gran espesor de córnea, ya que al realizar el flap se usará entre 120 a 140 micras de la superficie anterior. Antes de la cirugía láser, el espesor de la córnea no era de interés, ya que realmente no servía para nada.
El espesor de la córnea (paquimetría) lo medimos en micras o milésimas de milímetro. La córnea tiene una forma especial que es más fina en el centro —aquí es donde el láser «hace el pulido» —, y que se va engrosando hacia los lados, donde la córnea se junta con la esclera, la parte blanca del ojo.
A día de hoy, y de forma general, se calcula que en el centro la medida promedio es de 550 micras, pero se acepta que las córneas «normales» miden entre 500 a 600 micras. Aun así, existen casos de córneas más delgadas de 500 y más gruesas de 600.
Cuando el láser pule la córnea, necesitará apropiadamente eliminar 10 micras por dioptría de miopía a tratar.
Una de las pruebas que realizamos para valorar a los posibles candidatos a cirugía láser es la medición del espesor de la córnea, lo que llamamos paquimetría. El objetivo es determinar si el paciente tiene suficiente espesor de córnea para permitirse perder parte por la cirugía. La técnica más común de usar se llama tomografía corneal.
Si se realiza una mala elección y después de la cirugía se deja una córnea demasiado fina, puede pasar algo que llamamos ectasia corneal.
En este grave problema, la córnea se deforma progresivamente perdiendo la capacidad de ver bien. Esta es una de las peores consecuencias, y para evitarlo se tiene mucho cuidado para evitar la cirugía en los casos que, o bien la córnea es ya demasiado fina, o bien los cálculos indican que puede quedar demasiado fina.
Se calcula que a entre 10% y 15% de las personas que acuden a operarse no son candidatos para Lasik ya que tienen espesor demasiado bajo.
¿Y qué pasa con la córnea fina y Orto-k? ¿Es una buena solución?
El mecanismo de acción de Orto-k es radicalmente distinto a la cirugía láser. La cirugía es irreversible, y de ahí el especial cuidado para evitar los riesgos de la córnea fina. Sin embargo, Orto-K es reversible.
Como ya hemos explicado en otros posts, el método Orto-K consiste en que el paciente utiliza por la noche las lentillas para mantener la buena visión a lo largo del día. En cambio, la cirugía láser se basa en eliminar córnea.
Orto-K trabaja de una forma muy inteligente. La córnea, como el resto del cuerpo, está recubierta por una piel muy fina llamada epitelio. Este epitelio mide, de forma aproximada, unas 50 micras y es muy uniforme.
Pues bien, el diseño de las lentillas Orto-K produce unos cambios de presión que consiguen que el epitelio adelgace ligeramente en el centro de la córnea y engrose en otras zonas. Las últimas investigaciones han señalado que minúsculas cantidades de agua pasan de una célula a otra para conseguir este cambio en la forma y la reducción de la miopía.
Candela: un caso de éxito de córnea fina y Orto-K
Una de las últimas pacientes que acudieron a la clínica con la etiqueta de córnea fina fue Silvia.
Silvia tiene 22 años y quiere ser policía nacional. Había ido a una clínica donde no se arriesgaron a operarla de su 3 dioptrías por tener la tener cornea fina, tras comentarlo con varios compañeros, vino a vernos.
A los pocos días de empezar el tratamiento, su miopía se redujo y ahora es capaz de ver al 100% durante todo el día, por lo que no tendrá problemas para pasar la prueba en la oposición.
Si a ti también te han dicho que tienes la córnea fina, o tienes interés en contactar con nosotros para saber si eres candidato a este tratamiento, puedes realizar nuestro test online aquí y o bien pedir cita con nosotros:
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